El otoño es una de las cuatro estaciones del año y se caracteriza por la apariencia de los arboles durante esta época, porque las hojas se vuelven naranja, rojas y amarillas y luego caen al suelo. El ambiente en el otoño manifiesta frescura, viento frío y las ligeras hojas naranjas volando en el aire y depositándose lentamente en las calles.
La estación otoñal comienza después del verano, entre los días 20, 21 o 22 de septiembre y culmina pasado el 20 de diciembre en el norte del ecuador. Por el contrario, en los países del sur inicia entre el 20 y 22 de marzo y finaliza después del 20 de junio, siendo estas fechas aproximadas.
En ambos hemisferios la temperatura empieza a disminuir durante el otoño, es una etapa de transición después del calor del verano que busca darle la bienvenida al frío del invierno. La estación del otoño es fácil de identificar ya que los días se acortan mientras que las noches se hacen más largas, además la coloración de las hojas de los árboles cambia del verde brillante a un tono naranja, amarillo y rojizo, incluso de color marrón.
Tal vez las personas se pregunten los motivos por los que suceden estos cambios en los árboles. La respuesta es que la vegetación posee un ciclo de vida importante llevado a cabo por la fotosíntesis; las hojas se vuelven naranja porque se vencen con el tiempo y hacen que las ramas de los árboles queden vacías.
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La magia de la clorofila en las plantas
La explicación científica de la aparición del color naranja y la caída de las hojas en otoño está relacionada a la fotosíntesis. Este proceso permite a la vegetación transformar el dióxido de carbono en oxígeno gracias a la energía solar. Asimismo, la clorofila ayuda a la creación de azúcares a partir del agua.
Durante el verano, las tonalidades verdosas de las hojas de los árboles y arbustos son ocasionadas por la presencia de clorofila. En dicho sentido, la clorofila es un pigmento especial químico que se encuentra en el fondo de los cloroplastos y otorga el color verde a las plantas a través del trabajo fotosintético.
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La existencia de clorofila necesita las temperaturas altas del verano, el clima caluroso y la luz solar; la llegada del otoño significa menor cantidad de luz, frío y clima húmedo por lo que afecta la pigmentación verdosa de las hojas haciendo que se tornen de color naranja, también amarillas y con tonalidades rojizas.
El papel de la clorofila es alimentar a las hojas y raíces de los árbolespor medio del canal de los cloroplastos. Su objetivo es que las plantas puedan desarrollarse correctamente para que produzcan oxígeno y garantizar la vida del resto de los seres vivos. No obstante, la razón por la cual las hojas se vuelven naranja y se desprenden es que los árboles consiguen ahorrar energía como consecuencia de la falta de luz solar que trae el otoño.
A su vez, el desvanecimiento del color verde y la descomposición de las hojas se debe a que los árboles en el otoño dejan de suministrarle agua y los nutrientes requeridos. La intención es cerrar los ciclos y sistemas de los árboles que admiten la conservación y condensación de los recursos. En pocas palabras, al desaparecer la clorofila del proceso fotosintético, la mayoría de las hojas pierden el pigmento verde y surgen diversos tipos de coloraciones. Así, los árboles aseguran la posibilidad de proteger a las raíces en el invierno y cada una de las hojas se vuelven naranja decorando las calles al caer en el suelo.
Las hojas se vuelven naranja, amarillas y rojas
Ya se conoce que la clorofila es quien provee la tonalidad verde a las hojas, aunque el color naranja, amarillo y rojo también contienen pigmentos que realzan la calidez de las hojas en tiempos de otoño. Todas las hojas poseen pigmentación naranja y amarilla, pero el verde intenso y brillante no permite la percepción de los distintos colores porque los recubre, salvo durante el proceso de desvanecimiento de la clorofila.
Dentro de los diferentes pigmentos que existen, aparte de la clorofila, se encuentran los siguientes:
Carotenoides
Los carotenoides o betacarotenos aportan la coloración naranja en el mundo vegetal, se visibiliza en las hortalizas y frutas llamativas como las zanahorias, las calabazas, los mangos, las naranjas y los maracuyás.
Xantófilos
En el caso de los xantófilos, como la luteína, el color prevaleciente en las hojas y frutas es el amarillo. Se ubica en algunas flores como los girasoles. La principal función del pigmento es brindarles protección a las hojas durante toda su vida, a pesar de que no siempre reflejen la luz amarilla.
Flavonoides
De un modo distinto, los flavonoides son un pigmento con realces púrpuras y rojizos muy atractivos que encontramos en las rosas, los tomates, las uvas, el repollo morado, entre otros.
Antocianinas
Las antocianinas, a diferencia del resto, son moléculas que se presentan solamente en el otoño. Sustituyen a la clorofila con el fin de que las hojas obtengan el matiz rojizo. Las moléculas de las antocianinas cumplen un papel protector en las plantas; evitan las absorciones abundantes y nocivas de la radiación solar, cuidan la calidad de las hojas y su producción de energía.
Las hojas vivas en el otoño
Los carotenoides son los pigmentos que aportan el color naranja a las hojas, es un mecanismo necesario para mantener hidratados y vivos a los árboles, aunque no todas las hojas se vuelven naranja ni cambian a otros colores en el período otoñal. Las hojas perennes tienen una cobertura rígida y fuerte que les garantiza la capacidad de estar atadas a los árboles sin caer de las ramas con la llegada del otoño.
Logran perdurar con las tonalidades verdosas durante los doce meses del año. No reciben el impacto de los cambios de la clorofila, lo cual evita el teñido naranja, amarillo, rojo o marrón. La estructura de la hoja perenne conlleva a que se concentre mayor cantidad de agua; la hidratación reservada y las sustancias anticongelantes les ayuda a sobrevivir en cada una de las estaciones.