Los 10 Mandamientos de la Iglesia Católica son el decálogo de las enseñanzas morales de esta religión; son los imperativos religiosos cuya base son los mandamientos bíblicos que dio Dios a Moisés, es decir, son la síntesis de toda la Ley de Dios.
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¿De donde surgen los 10 Mandamientos de la Iglesia Católica?
Su primera aparición ocurre en el Libro del Éxodo, donde se describe cómo Moisés siguió las órdenes de Dios, “liberando a los israelitas de la esclavitud en Egipto”, y que, según la enseñanza religiosa, “Dios ofreció un pacto que consideraba los Diez Mandamientos, para además poder liberarlos de la ‘esclavitud espiritual’ del pecado”.
Estos mandamientos pertenecen a las principales religiones abrahámicas, que son el judaísmo, el islam y el cristianismo.
Los Diez Mandamientos son considerados por estas tres religiones como la alianza establecida por Dios con los Israelitas, y, según el Catecismo de la Iglesia Católica, texto en el que se presentan los contenidos fundamentales del cristianismo, “los Mandamientos son primordiales para la salvación y crecimiento espiritual de las almas”.
Además, los Diez Mandamientos sirven de base para la enseñanza de la religión, pero también son comprensibles por la razón humana; lo que sugiere que el hombre puede cumplirlos sin que necesariamente exista una enseñanza religiosa de por medio. También son una sucesión de decretos mediante los cuales se establece “la relación de amor que debe existir entre los hombres y su creador”.
En la Iglesia católica se examina si se han cumplido los mandamientos antes de poner la penitencia, usando para esto el examen de conciencia.
¿Cuáles son los 10 Mandamientos de la Iglesia Católica?
- Amarás a Dios sobre todas las cosas.
- No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano.
- Santificarás las fiestas.
- Honrarás a tu padre y a tu madre.
- No matarás.
- No cometerás actos impuros.
- No robarás.
- No darás falso testimonio ni mentirás.
- No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
- No codiciarás los bienes ajenos.
Amarás a Dios sobre todas las cosas
De acuerdo con la doctrina de la Iglesia, el primer mandamiento refiere que se debe adorar a Dios por ser único, en el cielo y en la tierra. El Catecismo explica que “se prohíbe la idolatría, la adoración a cualquier criatura, a los antepasados y a demonios como el poder, el placer, el Estado y el dinero”. También considera que este mandamiento incluye las tres virtudes teologales:
- La primera es la fe, e instruye a los católicos a creer en Dios y a evitar la herejía (ideas contrarias a la Biblia), apostasía (renuncia o abandono de la Iglesia) y el cisma (división de la Iglesia o de la religión).
- La segunda virtud, la esperanza, que previene a los fieles contra la desesperación.
- La tercera virtud, la caridad, que se alcanza cuando los católicos no son indiferentes ni ingratos con Dios.
No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano
Sobre este Mandamiento el Catecismo refiere que “el respeto al nombre de Dios se debe al misterio de Dios mismo y a toda la realidad sagrada que evoca”. Para los católicos significa que nunca se debe mencionar ni jurar en nombre de Dios, cuando se miente o se hace una promesa que no se va a cumplir; es no hacer promesas en vano.
Santificarás las fiestas
Según el Catecismo Católico se debe reservar el día sábado para santificarlo: “seis días trabajarás y harás todos tus trabajos, pero el día séptimo es día de descanso para el Señor, tu Dios. No harás ningún trabajo.” También se refiere a escuchar la palabra de Dios, cumplir y celebrar las fiestas cristianas, como la Eucaristía.
Honrarás a tu padre y a tu madre
Queda explícito que se debe exaltar y enaltecer a los padres, para fortalecer las relaciones entre generaciones, explica la conexión que existe entre la familia y la sociedad, al tiempo que revela que la familia está protegida por Dios.
No matarás
Este mandamiento se refiere al respeto por la vida humana; y exige que los cristianos también amen a sus enemigos, impidan el odio, la rabia y la venganza.
La santidad de la vida es la base de este Mandamiento, de allí la posición inamovible de la Iglesia sobre el aborto, pues se trata, según el Catecismo, de que “la vida humana se debe considerar como sagrada, ya que desde su concepción es producto de la acción creadora de Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin”.
Por su parte, la Iglesia afirma que “sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término”. En este mandamiento también se incluyen acciones como el desarrollo embrionario, la eutanasia, el suicidio y la pena de muerte.
No cometerás actos impuros o adulterio
Este se refiere a las relaciones fuera del matrimonio, donde se incluyen conceptos como la promiscuidad, el sexo por placer, etc. Este mandamiento es polémico debido a que incluye la castidad (moderación de los actos sexuales); y dentro de este concepto los crímenes contra la castidad, como son, según el orden de gravedad: la lujuria, masturbación, fornicación, pornografía, prostitución y violación.
No robarás
El séptimo Mandamiento se refiere a los bienes materiales e impide tomar, usar, usurpar, u ocasionar daño a pertenencias ajenas contra su voluntad.
No darás falsos testimonios ni mentirás
Como pueblo seguidor del verdadero Dios, el Catecismo establece que todos estamos llamados a vivir en la verdad; una de las principales violaciones condenadas por la Iglesia es la de dar un falso testimonio, declarar públicamente y condenar a personas inocentes.
No consentirás pensamientos ni deseos impuros
Según los textos bíblicos, Jesús recalcó la necesidad de tener pensamientos puros, de acciones puras, y afirmó que “cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”. El Catecismo afirma que mujeres y hombres deben superar los deseos de la carne, como “las relaciones pecaminosas con un cónyuge de otra persona”.
No codiciarás los bienes ajenos
Este Mandamiento se refiere a la codicia y avidez por los bienes materiales de los demás; menciona a la avaricia y a la envidia, uno de los siete pecados capitales; también se refiere al desprendimiento de la riqueza, y a su cumplimiento para asegurar la entrada en el reino de los cielos.