Durante la pandemia por el COVID-19, para evitar su propagación, la recomendación de los médicos y científicos fue el aislamiento. Esto significó que las personas dejaran de asistir a sus trabajos, centros de estudios, a actividades de recreación, a viajes de placer o de negocios, quedando confinadas en sus hogares hasta qu epaulatinamente se volvió a lo que se conoce como la “nueva normalidad”. Y en este período, en el que los humanos nos hemos quedado en casa, a fin de prevenir contagios de coronavirus, comenzaron a pasar eventos inesperados como:
- La aparición de caballos salvajes en Chernóbil
- Ciervos en Japón
- Jabalíes paseando por Barcelona y algunas ciudades italianas
- Pumas en Santiago de Chile
- Zorros en Bogotá.
- El retorno de peces, delfines y cisnes a Venecia.
Todos estos avistamientos de fauna nativa en las ciudades han llamado mucho la atención, porque en su mayoría han sido animales silvestres. Usualmente, estos animales sienten temor de acercarse a las zonas urbanas, pero las calles estuvieron vacías y sin tráfico por semanas.
Sus incursiones en las ciudades fueron básicamente en búsqueda de comida, porque en gran parte son especies oportunistas, que suelen alimentarse de los desechos. En el caso de los peces y delfines, las aguas claras y más limpias han permitido su vuelta a lugares que habían abandonado.
Lo que, sin duda, nos habla de que la naturaleza se benefició del aislamiento de los humanos y por ello, se dieron estos avistamientos de fauna silvestre.
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Aislamiento
El aislamiento recomendado por los investigadores de las causas y consecuencias de la pandemia ha cambiado el mundo. Las medidas que se han tomado para la cuarentena y aislamiento social han originado ciudades silenciosas, aguas claras, cielos despejados, calles tranquilas y playas solitarias.
Estos cambios en el ecosistema mundial indudablemente han tenido un lado positivo para los demás habitantes del planeta. Pues, el aislamiento social originó el teletrabajo, la educación virtual y los planes de contingencia sanitaria, acciones que han contribuido a disminuir la contaminación. El plan de quedarse en casa, junto a los nuevos hábitos de higiene y a las jornadas de desinfección de espacios públicos, han originado:
- La disminución de la emisión de dióxido de carbono, pues bajo sensiblemente el uso de vehículos y otros medios de locomoción.
- La reducción de gases tóxicos en el ambiente, al disminuir la producción de fábricas e industrias.
- La disminución de la producción de desechos, debido a la baja en el consumo.
Por lo que, la cuarentena originada por la pandemia ha ayudado a disminuir la contaminación ambiental y con ella, a frenar un poco, el cambio climático.
Formas en que la naturaleza se benefició del aislamiento
A una gran cantidad de personas les ha sorprendido como han emergido una serie de formas en que la naturaleza se benefició del aislamiento. El retorno de los animales a zonas que habían abandonado habla de la capacidad de la naturaleza de recuperarse y absorber las diversas perturbaciones planetarias. Una forma de no alterar los aspectos básicos de los ecosistemas, al poder regresar a su estado original, cuando las perturbaciones han finalizado.
Es impresionante esta maravillosa sapiencia de la naturaleza para recuperarse prontamente, inclusive de los estragos causados por el hombre. Esta sabiduría se evidencia en los avistamientos de fauna silvestre en las zonas urbanas, visitando espacios que les pertenecieron, pues eran parte de un hábitat que habían abandonado.
Específicamente, la naturaleza se benefició del aislamiento al producirse las transformaciones en el medio ambiente enumeradas a continuación:
Disminución de la contaminación ambiental
La disminución de la contaminación ambiental ha sido palpable, lo que puede verse en el cielo, donde el aire luce más claro. Esto se ha sentido con fuerza, en países como Italia y Alemania, donde ha mejorado mucho la calidad del aire.
De igual forma, como las fábricas han dejado de producir smog, se ha reducido la contaminación en toda Europa y en China, la cuna del virus. Así que, manteniendo niveles bajos de dióxido de carbono, tendremos una convivencia positiva con nuestro entorno y seguiremos dándole un respiro a la naturaleza.
Aguas más limpias y cristalinas
Gracias al aislamiento y a los trabajos de limpieza, se han logrado aguas más limpias y cristalinas, debido a la ausencia de turistas y locales. Se nota una pureza en las aguas de los océanos, ríos, playas y otras fuentes de agua, que no se veía desde hace años.
Las playas se han oxigenado y se ven mucho más claras y limpias, por lo que el mar se ha llenado de peces, delfines y otras especies marinas. Por ejemplo, la falta de circulación por los canales de Venecia ha originado la multiplicación de los peces y la aparición de delfines y cisnes nadando en sus aguas.
Retorno de la vida animal
Debido a que hay más silencio y menos movimiento en el planeta, los animales han tenido una mayor libertad de explorar sus territorios. Incluso en el desierto, donde hay muchas formas de vida, que poco se dejan ver, la fauna ha salido a tomar sol y a dar paseos sin restricción.
Incluso en otros ecosistemas, como mares, bosques y parques hay un retorno de la vida animal, palpable en el avistamiento de nuevas especies. Estos descubrimientos han aumentado la biodiversidad en muchas regiones del planeta, por lo que se ha comenzando la identificación de las mismas.
Mejoramiento de la flora
Al reducirse los paseos y recorridos por océanos, bosques, montañas y parques nacionales, esta baja en el tráfico de humanos ha favorecido a la flora de esos lugares. La disminución de la actividad económica ha generado una reducción de la contaminación ambiental y con ella, las plantas han optimizado su proceso de fotosíntesis.
Esta optimización ha generado que la flora haya recuperado su ciclo de vida y con él, sus ciclos de crecimiento, reproduciéndose y dando flores y frutos. Este mejoramiento de la flora habla de que la naturaleza ha logrado recuperarse con fuerza en estos días, en los que el hombre ha permanecido en casa.
