No se pueden ver a simple vista porque miden unos 0,2 milímetros, viven bajo el suelo, se asemejan a pequeñas lombrices que se mueven con sigilo por la tierra, se alimentan de las raíces de las plantas y de ellos se han identificado y clasificado más de veinticinco mil especies, gracias a la investigación científica.
Son los nematodos, (Heterodera glicinas) parásitos vegetales y animales que se han constituido en una plaga temible a nivel mundial, pues devasta diferentes cultivos, especialmente los de soja, en cuyas raíces se instala causando enfermedades. Estas enfermedades afectan a los tallos y hojas, produciendo manchas blancas, la muerte de la raíz, poco rendimiento de las semillas y afecta el crecimiento del brote.
Estados Unidos, Sudamérica y Asia han sido víctimas de este parásito desde hace más 70 años, y se estima que existan más de 500 mil especies además de las 25 mil registradas, lo que constituye un verdadero dolor de cabeza.
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¿Cómo se comportan?
Los nematodos figuran de cuarto en la lista de los filos más abundantes de todo el reino animal en cuanto a número de especies. Conocidos como gusanos largos por la forma del cuerpo, los nematodos se introducen en la raíz de las plantas, de adhieren a sus células y a través de estas se mueven hasta su tejido vascular, de donde obtienen su alimento.
La presencia del parásito en la planta hace que la raíz cambie su forma; mientras más come de la raíz, más se va hinchando; esto ocurre de manera tan efectiva que en el caso de la hembra se estalla la parte trasera, sale de la raíz y puede ser observada a simple vista.
El macho adulto, en cambio, va tomando la apariencia de un gusano y abandona la raíz para fertilizar a las hembras de mayor tamaño. Una vez logrado este objetivo, la hembra sigue comiendo de la raíz al tiempo que pone entre 200 y 400 huevos. Después muere y los huevos van eclosionando en la medida en que el suelo les proporciona las condiciones ideales.
Características de los nematodos
Los nematodos tienen forma alargada y su cuerpo no tiene divisiones internas ni externas; su cobertura es lisa pero muy resistente y se llama cutícula, bajo la cual presenta diferentes capas de músculos. Este parásito no tiene sistema circulatorio, y deben proporcionarse presión para movilizar los líquidos de su interior.
Su aparato digestivo está conformado por un tubo que va desde la boca hasta el ano; la boca está ubicada en el extremo delantero del cuerpo, y a su alrededor presenta varios lóbulos que funcionan como labios.
Estos animales pueden hacer su digestión de manera extracelular e intracelular, y, según la especie, la alimentación varía, pues algunos son fitófagos, es decir, se alimentan de materia de origen vegetal, y otros son carnívoros, comen invertebrados pequeños. Otros comen algas, bacterias, hongos o materia orgánica descompuesta.
Otros hábitats para los nematodos
No solo las raíces de los cultivos son el hogar de estos organismos, sino que también viven en medios acuáticos, y también habitar en los seres humanos y otros animales, donde su presencia causa verdaderos estragos.
Un cuerpo que sirve de hospedero a los nematodos sufre serias alteraciones y desarrolla enfermedades como triquinosis, filariasis y ascariasis, las cuales son altamente infecciosas y peligrosas, sobre todo por el tiempo que tardan en sanar y los tratamientos que se deben seguir.
Infecciones mortales para el ser humano
Las enfermedades que causan los nematodos en el ser humano son más frecuentes en países de clima tropical (húmedo y cálido), y en naciones en vías de desarrollo, es decir, cuyas condiciones sanitarias son inseguras.
En esos países los nematodos constituyen un verdadero problema de salud, pues contribuye a aumentar las cifras de muerte infantil y de personas adultas con sistema inmunológico deprimido, pues las debilitan convirtiéndolas en blanco de otras enfermedades.
Este parásito está presente en buena parte de los países de América y Asia, con la diferencia de que en los países desarrollados o con climas diferentes, el número de casos es menor, pues las condiciones sanitarias, como recolección de desechos, permiten mantener la enfermedad al límite, y la asistencia hospitalaria es oportuna y eficaz.
Los nematodos más temibles son el ancylostoma duodenale y el necator americanus, los cuales afectan a los seres humanos y han sido identificados como los responsables de las enfermedades mencionadas, además de otras, como la anquilostomiasis y la enterobiosis.
Anquilostomiasis
La anquilostomiasis es la infección causada en el cuerpo humano por los anquilostomas, gusanos nematodos diminutos, que también se hospedan e infectan a gatos y perros domésticos, especialmente a los que no han sido desparasitados.
El gusano penetra en el humano a través de la piel, sobre todo por los pies. La mayoría de quienes han contraído la enfermedad ha sido por caminar descalzo en suelos sucios de heces de personas o animales infectados con este gusano. Una vez en la piel, estos nematodos utilizan el torrente sanguíneo como vía expresa para llegar a los pulmones, avanzan por las vías respiratorias, suben por la tráquea y de ahí el humano ingiere las larvas que llegan al estómago y luego al intestino delgado.
En ese hábitat, las larvas se convierten en gusanos adultos y se alojan allí por un año o más, tiempo en el que están anclados a la pared de los intestinos, absorben sangre y producen deficiencia de hierro, pérdida de proteínas y anemia.
Enterobiosis
Esta es otra enfermedad parasitaria producida por nematodos, y afecta principalmente a niños en edad escolar. La forma de adquirirlos es mediante la inhalación o ingestión de huevos fecundados, los cuales se alojan en el duodeno para eclosionar, esas larvas alcanzan la adultez estando en el intestino grueso.
Las hembras cargadas viajan a la zona adyacente al ano y allí ponen sus huevos; en menos de un mes se completa el ciclo y puede iniciarse nuevamente si las manos contaminadas con los huevos se llevan a la boca.
Uno de los síntomas de la presencia de estos parásitos es el prurito anal intenso que aparece especialmente en la noche, cuando la hembra está depositando los huevos en esa zona del cuerpo. Estos parásitos también producen insomnio, y por tanto irritabilidad, además de bruxismo, inquietud y hasta sonambulismo. En el caso de las niñas, los parásitos pueden llegar a la zona vulvovaginal, ocasionando la aparición de vulvovaginitis.