La ciencia ficción es un espacio interesante para imaginar lo posible. Por ejemplo, películas como Destination Moon (1950) han sido un antecedente cinematográfico a la conquista espacial. Asímismo, aún en la actualidad cuando la tecnología avanza más rápido que nunca, las películas de ciencia ficción siguen siendo una herramienta interesante para “predecir” el futuro.
Por supuesto, esto no quiere decir que los films sean bolas de cristal. Al contrario, probablemente no hay creaciones más cargadas de subjetividad que los largometrajes. Pero incluso con tal característica, las películas de ciencia ficción han demostrado reconocer y representar procesos, factores, ideas, hechos que realmente suceden o que podrían suceder más adelante.
Es en tal sentido que se puede hablar de películas de ciencia ficción avaladas por la ciencia. Y no es que exista una suerte de consejo científico dedicado a clasificar films según su fidelidad en cuanto a saberes científicos, pero estas películas resaltan por su “realismo” y rigor científico.
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Viajes al espacio y vida más allá de la Tierra
Uno de los problemas de las películas de ciencia ficción son los lenguajes ficticios. Las diversas disciplinas científicas, como bien saben quienes se dedican a ellas, tienen un lenguaje propio. Conceptos, ideas, teorías, incógnitas. Como este tipo de lenguaje generalmente no es manejado por las grandes audiencias, los guionistas tienden a incluir cualquier cosa en su lugar.
Es lo que sucede por ejemplo en Avengers: Engame en dónde se hacen afirmaciones acerca de la física cuántica que desconciertan a los científicos dedicados a esta área. Sin embargo, y aunque no con un rigor absoluto, hay varias películas de ciencia ficción que sí se cuidan en este punto.
Una de ella es, por ejemplo, The Martian (2015) dirigida por Ridley Scott. En esta película Mark Watney (Matt Damon) se queda varado en el planeta rojo. Determinado a sobrevivir, hasta que una misión de rescate venga por él, Watney va explicando con argumentos bastante aceptables todo lo que necesita hacer para poder sobrevivir. De esta manera, The Martian nos narra unos hechos maravillosos a la vez que nos muestra un evento realmente posible.
Lo mismo puede decirse de Apolo 13 (1995) dirigida por Ron Howard, film que está inspirada en hechos reales. En esta representación cinematográfica unos astronautas, al partir de la Tierra, se hallan en una situación límite dentro de la nave, escenario que tristemente es admisible.
Androides, inteligencia artificial y singularidad
¿Pueden las máquinas desarrollar una conciencia? Esta es una de las preguntas más agudas e inquietantes que se han hecho los seres humanos respecto a sus creaciones. La dificultad de la pregunta no solo radica en aspectos técnicos, sino en que la humanidad aún no ha logrado explicar realmente el fenómeno de la conciencia.
Sin embargo, son numerosas las películas que han explorado esta posibilidad. Un caso interesante es Her (2013) de Spike Jonze. En dicha película se exploran los efectos sobre la sociedad de una inteligencia artificial con la capacidad de entablar conexiones profundas con sus usuarios (o al menos de darles esa sensación a estos últimos). Por supuesto, esto no confirma ni sugiere que las máquinas tengan conciencia. Aún así, sí refleja un hecho tecnológico totalmente posible puesto que las máquinas cada vez están más cerca de entablar conversaciones fluidas y en cierto sentido significativas.
Otro largometraje que representa esto es Blade Runner (1982) de Ridley Scott. Blade Runner es una adaptación del clásico ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? De Philip K. Dick. Tanto en el film como en la novela se explora la existencia de androides o replicantes y su toma de conciencia o singularidad, hecho al cual parece estar acercándonos.
El apocalipsis en películas de ciencia ficción
Tal como mencionamos al inicio, la ciencia ficción sirve para ver hacia el futuro. Sin embargo, esto no significa que todas las miradas van a ser optimistas. Muy por el contrario, muchas “lecturas” de nuestro presente que se han hecho a través del cine son muy poco agradables.
Tal es el caso de Threads (1984) de Mick Jackson, film en que nos narran los efectos que podría tener una guerra nuclear sobre la ciudad de Sheffield. La película no se centra en explicar los orígenes del conflicto pero sí en retratar los efectos realmente posibles de un escenario tan poco deseable.
Otras películas de este estilo son Deep Impact (1998) o The Day After Tomorrow (2004) dirigidas por Mimi Leder y Roland Emmerich respectivamente. Ambas películas muestran, si bien con ciertas imprecisiones, lo que sucedería ante cambios abruptos en el ambiente y sus efectos sobre la vida humana tal cual la conocemos.
Finalmente, incluso películas infantiles han llegado a darnos un mensaje similar. Es el caso, por supuesto, de Wall-E (2008) de Andrew Stanton de la mano de Pixar. En esta película nos muestran una tierra totalmente inhóspita y colmada de desperdicios, y una humanidad reducida a la obesidad y a la dependencia de dispositivos electrónicos, algo tan alarmante como posible.
Vida terrestre y vida extraterrestre
Finalmente, las películas de ciencia ficción también sirven para teorizar sobre la vida. Por ejemplo, Gattaca (1997) de Andrew Niccol es una reflexión en torno a la selección genética de individuos, lo cual es una realidad técnica de la ciencia contemporánea, pero además un gran dilema para los seres humanos acerca de los efectos que pueden tener las modificaciones de este tipo.
Asimismo, otra reflexión sobre la vida terrestre se halla en Children of Men (2006) de Alfonso Cuarón, en donde se explora una tendencia realmente posible, como lo es el deceso de la fertilidad en la especie humana. Con muchas connotaciones sociológicas, este film además maneja una lógica interna sobre cómo se llegó a dicha situación.
La vida extraterrestre y más específicamente el contacto con ella se explora en numerosos filmes. Solo por mencionar uno está Contact (1997) de Robert Zemeckis, una película que si bien no se vende a sí misma como predicción, sí que intenta replicar los dilemas, reacciones y efectos que tendrían para la especie humana toparse con vida de otros planetas.