En manos de un escritor italiano, el príncipe de Maquiavelo, constituye una de las obras políticas más celebres de la historia. Entre sus argumentos, destaca la crítica por la naturaleza humana, aquella maligna y con deseos de conseguir beneficios propios.
Maquiavelo decide plasmar sus pensamientos, luego de estar relacionado en una conspiración durante el gobierno de “Los Médici”. Con todo el conflicto experimentado, se necesitó de 18 años para que en 1531 fuera publicado.
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El príncipe de Maquiavelo: breve biografía del autor
Nicolás Maquiavelo nació el 3 de mayo en el año 1469. En su crecimiento personal y académico, estuvo inmerso en el mundo de la política. Cada conocimiento adquirido propició una ideología diferente que desaprobaba el poder del gobierno Médici. Como consecuencia, se convirtió en un recluso. El tiempo de encierro fue fuente de inspiración para escribir “El príncipe de Maquiavelo”. Una obra que impactó y originó lo que se conoce hoy, como ciencias políticas.
El libro es realmente antiguo y expone la verdad de los hechos políticos de Italia. En este sentido, destaca el comportamiento de los príncipes, asegurando que sus obras no son conformes a los valores humanos. Al mismo tiempo, prosigue las escrituras con textos reflexivos. Modos correctos de los cuales cada gobernante debería ejecutar.
A continuación, los capítulos de la obra son agrupados para entender de forma concreta las ideas del autor.
Capítulo 1 – 11: El tema de los principados
Maquiavelo comienza explicando en la obra, que los Estados pueden estar compuestos por repúblicas y principados. También, afirma que tener el control como principado dependerá de factores hereditarios o de luchas ganadas.
Asimismo, señala que los principados nuevos, afectan a la población con los cambios constantes de sus políticas. Deberían mantener regímenes constantes que permitan el proseguir de las culturas. Por otro lado, menciona a los mixtos, aquellos principados nuevos pero con la insistencia de continuar con ideas antiguas.
En los primeros capítulos, el autor deja saber dos formas elementales con las cuales es posible gobernar un principado. Con relación a la primera, trata de exponer el poder absoluto. Decretar por cuenta propia sin esperar acuerdos. En cambio, la segunda si consta de regir en agrupaciones, idea que Maquiavelo descarta como oportuna. La autoridad del príncipe solo representará una voz más, hundida en conflictos de ideas sin concluir.
Antes de la conquista de un Estado, Maquiavelo advierte sobre las políticas establecidas. Será decisión de elegir entre destruirlo, adaptarse o conservar las tradiciones. Insiste además, en la autoridad de los principados. Una humanidad capaz de alzarse cuando siente que su libertad es restringida con nuevas políticas.
El príncipe de Maquiavelo: Las facilidades de un linaje y lo difícil de un verdadero guerrero
El liderazgo de un estado en la época de Maquiavelo, no requería de grandes esfuerzos. En realidad, cualquier personaje tenía posibilidad de obtenerlo. El grado de conocimiento no importaba, ya que solo por herencia o combate, se asignaba el poder.
En diferentes cuentas, la controversia derivaba de aquellos que no conocen la lucha y contienen escasa sabiduría para el mando. Ahora, el que luchó, conoce mejor las tácticas de dirigir y defender, sin embargo, adaptarse a las costumbres perjudica su desempeño.
Inicialmente, el autor indica cómo la soberanía transcurría con malos hábitos. Faltaba ética, muchos obtenían el poder gracias a sus inmoralidades. Un hecho que permaneció en el tiempo, como lo fue con Adolfo Hitler. Un hombre despiadado, abusador que no conservó ni respetó las tradiciones de un pueblo. Efectivamente, su objetivo era incorporar nuevos regímenes que atrajeron más ruinas.
Capítulo 12-14: La importancia de la Milicia
En estos capítulos, Maquiavelo estudia las capacidades del príncipe. Pretende descifrar cuál es el nivel de autoridad y liderazgo. Dentro de este marco, hablar de capacidades depende de los instrumentos disponibles. Con hombres, dinero y milicia, el estado será gobernado con empeño, y la protección será certera.
En cuanto a la milicia expone que estas suelen estar divididas en 3: propio, subalterno y mixto. El autor se inclina por los propios, un ejército libre, poseído por el príncipe. Así pues, participa que los subalternos representan una amenaza para el líder. Estos también, trabajan para otros principados y por ende, no son de confiar.
Más allá de contar con tropas honradas, es imprescindible el ímpetu del príncipe. En una guerra es él quien debe ejercer un control absoluto y enfrentar con firmeza la batalla. En cambio, descuidar la guerra y permanecer en una constante derrota, significará desconsuelo para el pueblo. De modo que será negado y visto con malos ojos en su propio reinado. Se entiende entonces, como un príncipe con poca astucia y deficiente conocimiento en el arte de la guerra.
Consecuencias de una milicia débil
El propósito de una milicia es defender con valentía al principado, rendir en las batallas. No obstante, es importante reconocer que las leyes justas son otro factor esencial para considerar una verdadera soberanía. Maquiavelo, descarta a las tropas débiles que no generan las victorias.
Si es necesario reemplazar el grupo de soldados, el príncipe deberá hacerlo. Precisamente, es cuando las guerras se detienen y la búsqueda de hombres fuertes debe empezar. Estudiar nuevas estrategias que eliminen al enemigo y por supuesto, escoger las armas más poderosas del principado.
Capítulo (15-21): Comportamiento del príncipe
Uno de los aspectos que Maquiavelo estudia con profundidad es la actitud del príncipe ante sus propias acciones. En definitiva, la decisión de un plan puede resultar fructífera, así como perjudicial. En ese momento, existen destinos comportamiento uno de autocomplacencia por ejercer un mando eficiente. El otro es todo lo contrario, reacciones de cólera producto de malas estrategias.
Entre los capítulos, es notorio captar las ideas del autor entorno a la generosidad y la codicia de un príncipe. Ambas resultan ser peligrosas, la generosidad parece representar lo ideal, pero con el tiempo este punto de vista es afectado.
Desde luego que un príncipe con la prioridad de mantener a su principado en buenas condiciones, provocará un desgaste patrimonial. Aunque la codicia no pueda representar beneficioso para sociedad, sin duda es lo que permite estabilizar una economía. Con el cumplimiento de normas y cobro de impuestos, las empresas tienen posibilidad de crecimiento. Todo esto le otorga fama al príncipe, siendo adorado por el principado.
El león y el zorro, una alegoría del autor en el príncipe de Maquiavelo
Una de las metáforas destacadas por el autor, se relaciona con las particularidades de un león y un zorro. Para ilustrar esto, manifiesta que en los procesos del estado, un príncipe debe tener la fortaleza del león. Necesita de autoridad y fuerza, logrando aterrar a los lobos. Aun cuando el león es fuerte, carece de prudencia y fácilmente puede sucumbir en las trampas. De modo que el equilibrio es establecido con la inteligencia del zorro, animal capaz de percatarse de los asechos del enemigo.
Aceptación del principado
Un príncipe, conquistador o líder, necesita dirigir basándose en ciertos criterios que favorecerán la apreciación del pueblo. Analizando el príncipe de Maquiavelo, es posible considerar algunas sugerencias, tales como:
- Castigar con seriedad las malas acciones
- Ser prudente en el tipo de castigo a ejecutar
- Establecer una gestión adecuada, con el fin de estabilizar la economía
- Implementar reformas jurídicas pero basadas en el respeto humano
Con respecto a la alegoría del zorro y el león, se trata de crear una apariencia, tal cual como el zorro. Específicamente, se relaciona con la mentira del príncipe al presentar rasgos superficiales. El fin es lograr agradar al principado.
Capítulo (22-23): Selección de los secretariados y ministros
En estos capítulos, se menciona la importancia del equipo a seleccionar durante el mando del príncipe. El autor asegura que con determinados criterios, los secretarios y ministros, encajarán en sus cargos satisfactoriamente.
Los sujetos encargados de apoyar al príncipe, representan una pieza fundamental. A partir de sus consejos y conocimiento, se puede armar un plan de protección absoluto. No cabe duda que antes de ser escogidos, necesitan de indagación. Al estar junto al conquistador, han de conocer información confidencial. No cualquiera puede ejercer los cargos, muchos menos si el grado de lealtad es bajo.
Ciertamente, un gobierno no puede controlar diversos factores y, a su vez, controlar a un pueblo. Es obligatorio originar un grupo de apoyo, personas con ideas y consejos para salir de problemáticas. En el caso de los dictadores, este criterio no es recibido. Si bien es cierto, los tiranos de la historia política han procurado decidir con base en sus propios razonamientos. Los secretarios solo son un relleno visual. De ahí, que el autor señala como cruel los mandatos de ciertos príncipes.
Capítulo (24-26): Pérdida de Italia
En Italia, regularmente los príncipes perdían el mando de los estados. Por esta razón, dedica los últimos capítulos a especificar cuáles fueron algunas de las causas principales:
- Las tropas solo se conformaban de grupos mínimos. Evidentemente, un ejército pequeño generaba debilidad. Derrotados en batalla, no garantizaban seguridad a la sociedad.
- Así mismo, el pueblo no era escuchado. Los príncipes decidían a su conveniencia, destacando como tiranos.
- Inclusive, los déspotas evadían previsiones. No originaban nuevas estrategias o creación de instrumentos de defensa para estar preparados y listos en batallas imprevistas.
En tal sentido, el capítulo 25 es inclinado al tema de la fortuna. Maquiavelo ratifica que el poder del dinero es relevante, pero no en su totalidad. Enfrentar las adversidades requiere de preparación, valentía y lucha mediante otros elementos.
Epílogo: La libertad impulsada por los gobiernos
En concreto, Maquiavelo explicó que la crueldad era común en los gobiernos de Italia. Los pactos de conveniencia, resultaban en ayudas económicas a determinados sectores. En efecto, muchos eran descartados, produciendo sentimientos de poder para algunos mientras que otros solo sentían resentimiento.
El autor sumergía sus opiniones en una fuerte decepción, gran parte de los gobernantes solo realizaba acciones equivocadas. Insistía en las negatividades de la naturaleza humana. Al final, concluye defendiendo a los gobiernos transparentes con la capacidad de reflexionar las consecuencias de sus decisiones.
¡Principado ideal!
Las principales palabras reflexivas del libro, se compone de las interpretaciones “El principado ideal”. Una idea que destacada en diferentes frases prominentes, acá una de ellas:
“Los cimientos indispensables a todos los Estados, nuevos, antiguos o mixtos, son las buenas leyes y las buenas tropas”.